domingo, 16 de febrero de 2014
Controla la leptina y controlarás la grasa corporal (John Meadows)
En primer lugar es importante comprender que la grasa no es simplemente un tanque de reserva para el exceso de calorías o “energía potencial”. La grasa es un órgano endocrino, como la glándula tiroides o la adrenal, por ejemplo. Esto significa que la grasa, en este caso el tejido adiposo blanco segrega hormonas y la leptina es una de ellas.
Hormona Leptina
La leptina es una hormona polipéptida (compuesta de 146 aminoácidos) producida por los adipocitos (células grasas). Cuanta más grasa contengan los adipocitos, más leptina es segregada. Piensa en la leptina como en un controlador del metabolismo y un regulador del hambre. Vincula los cambios en los depósitos de grasa con el control de la homeóstasis energética del SNC. [1-4]
Paso a describir unos sencillos ejemplos a continuación:
Te alimentas por encima del nivel de mantenimiento durante días o semanas:
1.A medida que comes más, las células grasas se llenan de triglicéridos, lo que incrementa la liberación de leptina en el flujo sanguíneo.
2.El hipotálamo cerebral dispone de un intrincado sistema de comunicación con las células grasas que contienen receptores de leptina. Cuando aumentan los niveles de leptina, la leptina se une a los receptores de leptina en el hipotálamo, enviando el mensaje “depósitos llenos”.
3.El hipotálamo entonces envía señales al cerebro y al resto del cuerpo, disminuyendo el apetito e incrementando la tasa metabólica.
Te alimentas por debajo del nivel de mantenimiento durante días o semanas:
1.Tus células grasas se encogen con la dieta, el poco alimento, etc. de modo que segregan menos leptina.
2.Tu cerebro percibe que los niveles de leptina están bajos, y que ya no tienes los “depósitos llenos”.
3.El hipotálamo percibe este descenso, reduciendo la tasa metabólica y el gasto de energía. Envía también una “señal de hambre”, aumentando el apetito y animándote a comer.
La acción de la leptina no está confinada al hipotálamo, existen receptores de leptina en todo el cuerpo. Esto permite a la leptina coordinar de forma precisa y efectiva el apetito, el metabolismo y el gasto energético.
Tu cuerpo está perfectamente diseñado para sobrevivir:
Si hay comida disponible, la leptina evita que añadas demasiada grasa. Pero por otro lado la leptina se defiende de una pérdida excesiva de grasa corporal, lo que podría amenazar la supervivencia o la capacidad reproductiva [10]. Come demasiado y tu metabolismo se acelerará para ajustarse. No comas lo suficiente y se ralentizará para mantenerte vivo.
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